Gayà y Gavi alientan a Luis Enrique
Todavía no se sabe si España estará en el Mundial, aunque se puede intuir con cierta garantía que así será. Lo que sí es seguro es que la Selección correspondió a lo mínimo que se esperaba de ella en Atenas y se ganó un triunfo que la deja en una situación envidiable. Es cierto que la serenidad y naturalidad que transmitió su fútbol en el primer tiempo se extravió tras la reanudación, pero incluso así los de Luis Enrique salen reforzados. La complejidad clasificatoria del envite, venida a menos tras el favorazo de Georgia, no despojó a España de la paciencia que necesitaba. El 1-5-3-2 de Grecia cooperó por abrirse en exceso. Se situó en un bloque medio poco activo, sin apenas capacidad de corrección, que promovió las asociaciones interiores de España y las llegadas por el costado izquierdo (43,6% de ataques).
La Selección se perfiló hacia el lado de Gayà y Gavi y estos dieron respuesta útil a la exigencia que proponía Grecia. Dos futbolistas cuya presencia, no en esta convocatoria, ha sido discutida en distinta forma y distinto grado. Gavi lateralizó su posición y favoreció las incorporaciones desde atrás de Gayà, hiladas a la perfección con los ofrecimientos de Morata y De Tomás. Asimismo, Gavi también dio un salto a cada acción ofensiva de España a través de su orientación. La postura corporal resulta inmejorable, casi tanto como su dinamismo y rango de asociación con sus compañeros (43 pases sin fallo). Cerca de él, Gayà contribuyó con su profundidad y amplitud. Son dos apuestas de Luis Enrique, hacedor de esta España que sigue en la línea correcta y divisa el Mundial a un simple paso.
La creatividad ofensiva

Gavi aparece en corto, De Tomás lanza un desmarque en apoyo y Gayà ataca el espacio libre en la profundidad. Androutsos entra en duda y España se beneficia de una salida preparada con sentido.
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