Una retirada a lo Perico

La noticia era conocida, pero se hizo oficial el miércoles con un bonito vídeo: Alejandro Valverde seguirá otra temporada en el Movistar, pero no será sólo una temporada más, sino la última de su carrera profesional, el cierre a una brillante trayectoria que culminará con 42 años. El anuncio se acompañó con el hashtag #LaÚltimaBala, una etiqueta que le acompañará durante todo el curso, que pretende convertirse en un homenaje al campeón del mundo de 2018. Su director jefe, Eusebio Unzué, explicaba unos días antes, en una entrevista en el Diario de Navarra, cuál era la intención con Alejandro: “Queremos que esté cerca de la afición haciendo el calendario español y termine en la Vuelta”. La idea recuerda al final de otro icono del equipo, Pedro Delgado, allá por 1994. El segoviano convirtió la campaña de su adiós en un tributo continuo, en un reconocimiento del público carrera a carrera. Su punto álgido lo vivió en la Vuelta a España, que entonces se celebraba en primavera, donde logró subirse al tercer peldaño del podio. Valverde busca, y merece, una retirada a lo Perico.

Este jueves, un día después del anuncio del murciano, el Movistar comunicó las cuatro últimas renovaciones, entre ellas las de otros dos veteranos, Imanol Erviti y José Joaquín Rojas, y dio por cerrada su plantilla con 29 corredores. A la vista del elenco, la pregunta surge inevitablemente: “¿Quién sucederá a Valverde?”. La primera respuesta, a bote pronto, es sencilla: “El Bala es insustituible”. Pero hay que mirar más allá. Enric Mas ha demostrado que puede luchar por el cajón en las grandes, pero no es un ganador fluido. Entre los fichajes, Iván Sosa, en rondas por etapas, y Alex Aranburu, en batallas más explosivas, pueden dejar su sello. El futuro, sin embargo, no asoma a plazo tan corto. Dice Eusebio que hay que esperar a la evolución de los jóvenes, que en 2022 crecerán todavía bajo la mejor sombra: la de Valverde.