Con ustedes, Vinicius 'O Driblador'

El fútbol de los cromos, el que diferencia a los jugadores top de los normalitos (los niños se pegan por tener el cromo del 'bueno'), ha encumbrado definitivamente a Vinicius en el Star System del fútbol mundial. El Clásico, pese a las ausencias de Cristiano y de Messi, sigue siendo el gran referente futbolístico de clubes en todo el planeta. Ni el United-Liverpool, ni el Inter-Juventus, ni el Marsella-PSG (los galácticos de Al-Khelaïfi están fracasando con estrépito) pudieron hacer sombra en el Super Sunday al seguimiento que tuvo el Barça-Madrid del Camp Nou, incluida la asistencia al estadio (ni en Old Trafford, ni en San Siro, ni en el Velódromo se acercaron a los 86.000 del Camp Nou). La semilla de la pasión por estos dos gigantes se ha sembrado durante años y no será fácil perder ese estatus al menos a medio plazo.

Lo evidente es que el gran triunfador del Camp Nou fue Vinicius. Una actuación colosal, con un repertorio de regates que encandiló a la gente que por televisión siguió el Clásico desde los cinco continentes. En un fútbol cada vez más robotizado y balonmanizado, supone un soplo de aire fresco que haya un jugador que entienda la verticalidad como una exigencia, la velocidad como un recurso innegociable y el regate como un tesoro de incalculable valor. Vini tiene todo eso en grandes cantidades, lo que unido a la confianza firme de Ancelotti se traduce en la explosión definitiva de un futbolista diferente... y diferencial.

El mundo entero hablaba ayer del partidazo del carioca y de la solidez del Madrid. El espectáculo del partido lo ofreció este chaval de 21 años que ha cambiado las chanzas por alabanzas. El chico se ha ganado ese cariño y respeto universal por su humildad para superarse ante esos años de fallos ante la portería rival que fueron carne de memes. Ahora regatea como los ángeles. Es Vinicius 'O Driblador'.