Harto de los partidos de ‘alto riesgo’

Detesto el sintagma ‘partido de alto riesgo’, calificación que Antiviolencia salpica con su hisopo admonitorio cada poco. Me parece muy mal traído y aplicado con frecuencia temeraria. ¿Qué es alto riesgo? ¿Se han detenido en pensarlo? ¿De verdad ir al fútbol es un ‘alto riesgo’ tan frecuentemente como esta gente propala? El último, claro, ha sido el Clásico, al que acudieron 86.422 héroes sin capa, arrostrando tan alto riesgo, en muchos casos con un menor de la mano. Y pagando, ¿eh, tú? pagando. Como fueron, volvieron, todos sin un rasguño, que se sepa. Y eso que previo juicio temerario no le acompañó el protocolo al uso de separar a las dos aficiones.

Esta temporada el Barça tiene 27.000 abonados en excedencia, consecuencia de la pandemia. Esas 27.000 plazas salieron a la venta y gran parte de ellas fueron adquiridas por madridistas. Era un ‘hecho singular’ porque el Camp Nou está generalmente copado por los abonados, salvo un mínimo de cortesía que se reserva a la afición visitante. Ese nutrido contingente de madridistas no estaba concentrado en zona separada del abonado culé digamos ‘en activo’, sino que las dos aficiones se entremezclaron. En muchos casos, las entradas a la venta fueron compradas por grupos en los que iban en armonía aficionados vestidos con una u otra camiseta.

Lo del ‘alto riesgo’ sólo sirvió para formar un tapón con registros a la entrada. A muy poco de comenzar había 10.000 impacientes en colas ante las puertas. En casos así, en Inglaterra se retrasa 15 minutos el partido. Aquí se prefirió levantar los tornos y dejar pasar la riada. La enfática proclamación de ‘alto riesgo’ no vino acompañada de medidas obligadas caso de preverse un peligro cierto. Pero lo único cierto es que no había riesgo. El único lo corrió Koeman, escrachado en la calle por los suyos, ya bien acabado el partido. Pero lo del vandalismo callejero en Barcelona son otros lópeces. Ya vimos la manifestación de los Mossos el sábado…