No creo equivocarme si digo que la expresión “esto es lo que hay” es gaditana, o al menos que es allí donde su uso está más extendido. Allí fue donde la escuché por primera vez, de boca de Irigoyen, presidente del Cádiz a la sazón, y refiriéndose precisamente al nivel de la plantilla del equipo tras el primer partido de pretemporada. “Esto es lo que hay” es una expresión resignada del pobre que sabe que tiene que salir adelante con fatiguitas porque la vida decidió ser avara con él. Así es cada año el Cádiz, antropológicamente pobre, llamado a tirar con lo que tiene. Y así, peleando con lo que tiene, salvó un empate ante el Barça.

Lo llamativo es que todo un Barça tenga que ir vestido de “esto es lo que hay”, pero si la expresión ha cruzado en diagonal de Cádiz a Barcelona ha sido porque se han dado las circunstancias para ello: ruina económica y lluvia de lesiones. Ahí luce Memphis entre veteranos veteranísimos y noveles novelísimos. Ayer salieron de inicio dos de estos, Gavi y Demir, dos chicos con estilo a los que falta el atrevimiento que sí tuvo Ansu Fati desde su aparición. ¡Cómo se le echa de menos! Sinceramente, creo que con lo que hay Koeman hace lo que puede, mientras desde el club, hacen todo lo posible para desprestigiarle, lo que empeora las cosas.

Tampoco él estuvo brillante, no, con su intempestiva proclama del martes cuando dijo esas molestas obviedades que no sirvieron más que para aumentar el desconcierto. En fin, que con un Cádiz pobre y un Barça empobrecido vimos un primer tiempo pelmazo y un segundo algo más animado. Cuando el Barça se calentaba perdió al De Jong bueno por una segunda tarjeta que juzgué excesiva. Luego el partido fue evolucionando hacia un loco correcalles en el que se rifó el gol en las dos porterías. La mejor del Barça la desperdició Memphis, a pase muy bueno del De Jong muy malo, lo que son las cosas. Pero el último susto lo pasó Ter Stegen.