¡Qué ganas de ver a Camavinga de titular un partido entero!

¡Qué ganas de ver a Camavinga jugar de titular y un partido entero!, me suelta de sopetón mi amigo Javier, un madridista añejo. Y resulta que no es el primero que me lo dice. Observo en el madridismo más arraigado una ilusión tremenda por este joven franco-congo-angoleño, algo que no palpaba desde la llegada de Marcelo, que ahora puede estar discutido, pero que cuando arribó, también con apenas 18 años recién cumplidos, cumplió de sobra con la titánica misión de correr la banda que había dejado bien trillada Roberto Carlos.

Dices Camavinga en cualquier bar cerca del Bernabéu y la gente te regala una sonrisa. El chaval ha caído de pie. Marcó en su debut (como Ronaldo Nazario, por cierto), la lío en Milán contra el Inter con la asistencia de la victoria y estaba en el campo en la remontada ante el Valencia. Además, tiene presencia. Es de esos jugadores a los que gusta ver correr por la pradera del Bernabéu, porque lo hace con poderío y alegría. Y tiene 18 añitos. Para que luego diga Piqué que el Barça termina los partidos con gente de esa misma edad, y que es lo que hay. Es lo mismo que hay en el Madrid, con la diferencia de que entre Valverde (20 años), Rodrigo (18) y el citado Camavinga, liquidan al Inter en la 'zona Cesarini'.

El mérito también es de Ancelotti, que ha puesto al equipo a competir. La prueba es que el Madrid aprieta de verdad en el último cuarto de hora. Se vio en San Siro y se vio en Mestalla. Lo hace con una media de edad insultantemente joven, con gente en el campo como los ya citados más Militao (23 años), Vinicius (21) y otros que están sobradamente preparados, como Miguel Gutiérrez (20), Lunin (22), Blanco (21) o Marvin (21).

El técnico italiano tiene el encargo de enseñarle a esta generación que entre jugar y competir hay una diferencia, y que eso es lo que hace distinto al Madrid. A Camavinga no hay que decírselo, porque ha llegado con la lección bien aprendida. Tengo la duda de ver la reacción de gente más acomodada, como Isco o Asensio (y tampoco quiero meter a los dos en el mismo saco) ante este chorro de potencia y emoción por jugar en el Madrid. O se contagian rápido o quedarán en evidencia por contraste y no tendrán derecho a quejarse de nada, y menos de la suplencia.