Brasil tuvo más oficio que España

El oro del fútbol se fue merecidamente para Brasil. Quizá también lo deseaba más, según comentó Aritz Gabilondo en nuestro Carrusel, creando cierta polémica. Estoy con él. En el mundo olímpico el bronce y la plata premian. En del fútbol se prefiere aquello de ‘o César o nada’ y más si hablamos de Brasil. Los españoles, a pesar del chasco de este sábado, podrán volver a casa orgullosos y aplaudidos, algo que no les hubiera ocurrido a los brasileños si llegan a perder. Esa diferencia de interés se notó muchísimo en la primera parte y volvió a sentirse desde que España alcanzó el empate. El oro fue para Alves y los suyos porque lo desearon más.

Fue una buena final. Y Brasil fue mejor no sólo en deseo, sino en oficio. España sólo mandó en un tramo de la segunda parte cuando, mejorada por las entradas de Carlos Soler y Bryan Gil, atacó con brío y acierto, marcó y hasta llevó dos balones al larguero. uno un poco de chiripa, pero el otro en un tiro soberbio, ya con el 1-1, que quizá pudo decantar la final. Pero no podemos agarrarnos a eso. Antes Brasil, aparte de su gol, falló un penalti y también mandó un balón al larguero. Y ya en la prórroga fue definitivamente mejor, en especial desde la salida de Malcom.

Este equipo tiene buenas maneras pero le falta severidad en el área propia y colmillo en la contraria. Siendo claros, regaló los dos goles. Defensas con buen pie para jugar, pero sin ese instinto para la contundencia que se requiere en la posición. Pero hay que reconocerle su constancia para buscar el protagonismo en los partidos y su capacidad de ir saltando obstáculos. Por eso se vuelve con la plata, que no es un premio menor, aunque en Brasil sin duda lo hubieran visto así. De modo que merecen muchas felicitaciones y unas vacaciones reparadoras.