España pasa y evita a Brasil

Nuestra selección de fútbol no está siendo el equipo de altos vuelos que se esperaba, dada la calidad y experiencia de sus jugadores, pero cumple. Una victoria, dos empates, 5 puntos y campeón de grupo. Eso nos lleva por trayectoria separada de Brasil, a quien no encontraríamos, caso de ir saliendo adelante, hasta la final. De momento lo que toca es Costa de Marfil en cuartos (sábado, 10:00) y si pasamos de ahí, el ganador del Nueva Zelanda-Japón en semifinales. Francia (que cotizaba alto en las apuestas), Alemania y Rumanía están fuera, así que España es la única selección europea que ha alcanzado la atura de cuartos. Hasta ahí las buenas noticias.

Porque fuera de eso, no hay demasiado de lo que presumir. El equipo tiene buen corte, pero no el poderío que se le presumía y marcar goles le cuesta un triunfo. Este miércoles se vio otra vez. De la Fuente regresó al ataque del primer día, Asensio-Oyarzabal-Olmo. Hicieron combinaciones interesantes, encontraron posiciones de remate con alguna frecuencia, en especial Oyarzabal, pero se les escapaban indefectiblemente. Ni siquiera consiguieron hacer del meta argentino, el cadista Ledesma, héroe del partido. Simplemente se las echaron al cuerpo o directamente fuera. El gol tuvo que llegar de atrás, en una irrupción del capitán Merino.

Y lo que llegó después fue lo peor. El equipo se confió en exceso, encajó el gol y se desconcertó luego. Argentina, que ha viajado a Tokio con una leva reunida a duras penas entre la negativa de los clubes de cederles las primeras opciones, enseñó el colmillo y nos dio un susto. Les bastó con ser argentinos, y sacar ese espíritu canchero que traen del barrio para amedrentarnos. Esa falta de temple tras el empate me preocupó más que la imprecisión en el remate. A un grupo así se le supone jerarquía para que un rival como esta Argentina reunida a lazo no le zarandee, pero pasó. En fin, seguimos, pero el aura se va perdiendo. A ver si el sábado…