La eterna duda con Odegaard

Odegaard dejó un sabor agridulce y todas las miradas estaban centradas en lo que pudieran hacer él y Jovic, ambas caras nuevas del proyecto porque fueron cedidos (a destiempo) la pasada temporada. Se espera mucho más del nueruego, que dejó destellos, como la carrera con el balón controlado que acabó en el gol de Rodrygo, pero al mismo tiempo la sensación de que no es ese tipo de jugador que es capaz de marcar el ritmo de un partido.

Si Ancelotti persiste en su idea de jugar un 4-3-3, Odegaard va a tener muy difícil encaje. Le sucedió lo mismo con Zidane. En el Arsenal de Arteta, en cambio, jugó el 90% de los partidos de 10 puro, con dos mediocentros, normalmente Ceballos y Xhaka, detrás de él. Ahí, en la posición del mediapunta de los de antes, el noruego si es un jugador diferencial. El Madrid no necesita de él destellos, sino mucha regularidad.

En la confección de esta plantilla en la que no habrá más fichajes que Alaba (a la espera del imposible de Mbappé), jugadores de la media como Odegaard, Isco o Ceballos tienen que dar un paso adelante porque sobre todo Modric (35), pero también Kroos (31) deben empezar a dosificar sus esfuerzos. Del propio Odegaard depende empezar a cambiar el chip y ser él quien adapte su fútbol al del equipo y no sea el equipo el que se adapte a sus cualidades.