No vamos a la final, pero hay Selección

Esta vez en los penaltis nos tocó la cruz. Ya en el doble sorteo previo (el primero para elegir portería, el segundo para elegir el orden de lanzamientos) ganó Chiellini a Jordi Alba. Luego, la cosa empezó muy bien, con Unai parándole el primero a Locatelli abajo, a la derecha, como los dos que paró a Suiza; luego se alternaron aciertos y fallos hasta llegar al que Donnarumma le paró a Morata que dio paso al definitivo de Jorginho. Italia jugará el domingo contra quien gane esta noche el Inglaterra-Dinamarca, pero España tiene Selección de nuevo. Durante el partido fue mejor que Italia, superada por primera vez en el campeonato por su rival.

Sí, tenemos Selección y tenemos seleccionador. El equipo que hemos visto estas semanas es más que la suma de sus individualidades. No hay en él figuras destacadas, fuera del veterano Sergio Busquets, que ha estado inmenso, pero todos son jugadores de pie fácil, abnegados en la presión, solidarios y bien dispuestos. Falta algo en las dos áreas, sobre todo en la propia. Este equipo se apodera del campo y del balón, borra a los rivales, pero las pocas veces que le atacan hay estropicios en el área. Los centrales están elegidos más por su buen manejo que por capacidad para pintar la raya y Unai Simón mantiene ribetes de inseguridad juvenil.

Pero aún con eso, España debió ganar a esta Italia que venía deslumbrando y que ayer fue inferior. Los nuestros tuvieron el control en el primer tiempo y si al inicio del segundo jugaron con una precipitación que dio paso a un correcalles que se trajo el gol de Chiesa, se rehicieron, empataron (por Morata) y achicharraron a Italia hasta el final y en la primera parte de la prórroga. En la segunda, ya sin Busquets y todos agotados, el partido agonizó hacia una línea de equilibrio. Los penaltis nos dejan fuera, pero este equipo vuelve prestigiado. Este grupo de jóvenes, muchos aún semidesconocidos, componen en manos de Luis Enrique un gran proyecto.