La parrafada es de Novak Djokovic. Un minuto que describe, a la perfección, el significado de sus duelos con Rafa Nadal: “No es como cualquier otro partido. Seamos realistas, el mayor desafío que puedes tener es jugar ante Rafa en tierra batida, en esta pista en la que ha tenido tanto éxito durante su carrera. En las rondas finales de un Grand Slam no hay nada más grande. Por supuesto, cada vez que nos enfrentamos hay una tensión y una expectativa extras. Las vibraciones son diferentes cuando caminas en la cancha con él. Nuestra rivalidad ha sido histórica para ese deporte, eso creo. Y he sido un privilegiado de poder participar en ella tantas veces. Medirme con Nadal y con Federer me ha hecho un jugador más fuerte, me ha permitido entender cómo necesitaba mejorar mi juego para llegar al nivel donde ellos estaban cuando comencé en el tenis profesional. Sí, probablemente elijo a Nadal como el mayor rival que he tenido en mi carrera. La preparación de un partido contra él, cualquier partido, cualquier superficie, cualquier ocasión, es siempre diferente a cualquier otro”.

Ese gran desafío, esa rivalidad histórica, cumplirá este viernes el capítulo 58. Es el clásico del tenis, ningún otro duelo se ha disputado tantas veces. Djokovic domina el cara a cara, 29-28, pero la igualdad es máxima. No tanto sobre tierra batida, donde Nadal domina con autoridad: 19-7. Aun así, el serbio es uno de los pocos que ha logrado doblegar varias veces al español en esta superficie. Es más, Nole puede presumir de ser uno de los dos únicos jugadores que han batido a Rafa en Roland Garros, en los cuartos de 2015. El otro fue Robin Söderling, en 2009. Los últimos precedentes también aúpan al balear: la reciente final de Roma y la última de París. Pero Nadal sabe que es un reto gigante, que delante tendrá al número uno, a un jugador que le conoce al dedillo… Al mayor rival de su carrera.