Badosa y Davidovich se doctoran en París

Paula Badosa y Alejandro Davidovich figuran en el palmarés del Premio AS Promesa, un galardón que recibieron en 2015 y 2017, respectivamente. No se trata de autobombo. Detrás de aquellos nombramientos había dos éxitos esperanzadores, dos proyectos de futuro. Esos años coinciden con sus coronaciones como campeones de Grand Slam en categoría júnior. Badosa, en Roland Garros. Davidovich, en Wimbledon. Ningún otro español ha ganado un grande en ese tramo de edad después que ellos. De ambos se esperaba una eclosión que parece haber llegado en la presente temporada. Ella, con 23 años, que en noviembre serán 24. Él, con 22 recién cumplidos el pasado sábado. Así parece confirmarlo su pase a los cuartos de final de París, el mejor resultado de los dos en un major. Hasta ahora se habían quedado una vez apeados en octavos: Paula, en Roland Garros, y Alejandro, en el US Open. Con esta zancada se puede decir que ya se han doctorado en la élite del tenis. Y todavía tienen margen aquí, sobre todo Badosa, que divisa un cuadro accesible hasta la final.

Su presencia entre los ocho mejores les abre una puerta que para muchos siempre permaneció cerrada. Lucir en categorías inferiores es un arma de doble filo, porque coloca al deportista una presión añadida. El acceso de la edad júnior al circuito profesional suele ser especialmente duro. Badosa ha relatado repetidas veces con valentía los problemas de “ansiedad y depresión” en los que cayó por no cumplir las expectativas: “Llegué a pensar que no servía para este deporte”. Ya ha demostrado que sí. Ahí están las semifinales en Madrid y Charleston, estos cuartos en París… y lo que queda por venir. Davidovich trabaja desde crío con un psicólogo, Antonio de Dios, y con el mismo técnico, Jorge Aguirre. El entorno, como asegura Paula, es muy importante. Ya están arriba. El salto está dado.