La felicidad de Benzema tiene un pero...

La ‘félicité’ (felicidad en francés) se apodera de mi reanimado espíritu. Desde que a primera hora del martes se supo que Benzema iba a regresar por fin con Francia, un sentimiento de orgullo y de emoción se apoderó de todos los madridistas. Karim se ha ganado en estos últimos tres años un cariño innegociable con una afición que durante años receló de él (yo también, no me escondo), pero que desde la dolorosa marcha de Cristiano en 2018 dio un paso adelante hasta convertirse en uno de los grandes referentes del equipo y en un capitán en funciones en numerosas situaciones. Que el mejor Benzema que hayan visto nuestros ojos (jamás estuvo al nivel excelso que ha exhibido este curso) siguiese fuera de las listas de Francia era una aberración. Deschamps convirtió el escándalo del vídeo sexual en un juicio paralelo del que él tomó parte durante seis años. Hasta el próximo mes de octubre los tribunales no dictarán sentencia en el ‘caso Valbuena’ y no es normal que Deschamps le haya juzgado como ‘culpable’ desde 2015, dado que las continuas ausencias con Les Bleus daban a entender que era un castigo que debía pagar por lo ocurrido.

Benzema ha aguantado el tirón y la incomprensión que llegó a vivir en su propio país, donde muchos le señalaron con el dedo acusador sin tener seguridad del veredicto final. Lo importante es que Karim ha respondido en el campo, con ese balón que domina con estilo, inteligencia y un gusto admirable. Benzema es un artista que es capaz de dibujar un lienzo de Da Vinci en el Calderón o un Van Gogh en Cornellà con un taconazo sublime a Casemiro. El madridismo está eufórico porque sabe que su Karim va a jugar en la próxima Eurocopa con una de las selecciones más potentes del mundo. Esa delantera con Mbappé y Griezmann promete. Seguro que en sus charlas durante la concentración con los galos terminará de convencer a Mbappé para que mantenga su pulso con el PSG, sin renovar su contrato, y poder así aterrizar pronto en el impactante Bernabéu. La ‘doble K’ promete emociones fuertes: Kilyan y Karim. Casi nada. Talento puro. Benzema logrará que muchos madridistas, aparte de nuestra sagrada España, tengamos otra camiseta en esa Euro tan abierta que empieza el 11 de junio. Karim, te lo mereces, Carpe Diem.

Pero en la vida siempre hay un ‘pero’. Karim cumplirá 34 años el próximo 19 de diciembre, lo que no le ha impedido salirse esta temporada con el Madrid de Zidane (29 goles, 8 asistencias). El no ir convocado con Francia le permitía en esos parones FIFA de dos semanas largas cargar las pilas, descansar y regresar a tope en las competiciones que debían afrontar los blancos. Ahora eso puede cambiar… para mal. Karim defenderá con lógica ilusión a su país y eso conllevará riegos de lesiones y, por supuesto, cansancio acumulado por una carga de minutos que ahora no tenía. Es verdad que disfrutaremos de sus goles y de sus éxitos con Francia, pero si la próxima temporada baja su rendimiento en el nuevo Bernabéu muchos nos preguntaremos si merecía la pena esta celebrada amnistía de Deschamps. Sólo lo sabremos cuando empiece el próximo curso y veamos cómo evolucionan los números de Karim. Ojalá aguante al mismo nivel. El Madrid necesita todavía al mejor Benzema. No tiene relevo y lo de Haaland parece que va para largo…