La Liga de la sospecha

Esta noche el Atlético podría ser proclamado campeón de Liga y, la verdad, sería algo merecido y bastante lógico. Porque los colchoneros han tenido la mejor plantilla, sobre todo la más equilibrada y la más adaptada a una temporada con demasiados partidos y un calendario encogido. Porque han realizado una primera vuelta realmente espléndida tanto en resultados como en juego. Me parece importante y honesto dejarlo bien claro antes de pasar a la segunda parte de mi reflexión. Porque si este vencedor sería legítimo por lo que ha hecho semana tras semana, la competición en sí quedará para siempre como la Liga de la sospecha, como la Liga de la mano de Militao, como una Liga manchada por la injusticia.

Siempre he sido un gran defensor del campeonato español y sigo pensando que aquí se encuentran los mejores futbolistas y el juego más técnico y agradable de seguir. Pero tantas decisiones arbitrales raras en contra del Madrid han dañado no sólo las esperanzas del club blanco sino también la imagen de una Liga que lleva varios años intentando promoverse en todos los rincones del mundo. ¿De qué sirve contratar a famosos embajadores, hacer campañas de comunicación e, incluso, querer llevar partidos a Miami, si lo que queda en la retina de los aficionados de todo el planeta son errores flagrantes y sospechas sobre la neutralidad del arbitraje?