¡Bravo por el Villarreal, que ha salvado la cara a nuestro fútbol! ¡Bravo por el Villarreal, que llevaba tiempo con la espinita del penalti fallado por Riquelme clavada en el alma! ¡Bravo por el Villarreal, que ha chafado el monopolio de la Premier! Con el Chelsea y el City citados para la final de Champions, con un United que resolvió su semifinal ante la Roma en la ida (6-2), con el Arsenal a un solo gol de completar la doble final inglesa, el Villarreal ha sabido romper el monopolio saliendo indemne del Emirates Stadium. Mereció en la ida mejor resultado que ese peligroso 2-1 con que viajó. Y mereció ayer ese empate ajustado y salvador.

Así que estará en Gdansk, su primera final europea ante el Manchester United, rival de campanillas. Si gana esa final, LaLiga tendrá cinco representantes en la próxima Champions, un motivo más para esperar el partido con ilusión y ansiedad. Esta final europea, perseguida durante años por el club, premia el proyecto ejemplar que hace ya tantos años planeó Fernando Roig, empresario de éxito y gran saboreador del fútbol. Aquel club es una casa pequeña y ordenada, donde todos saben lo que hacen y cómo hacerlo. Una reserva ecológica de concordia y eficacia que explica cómo una ciudad pequeña puede tener un club grande.

Ayer pasó sus apuros, desde luego. El 2-1 de aquel partido de La Cerámica que mereció un 3-0 le hizo jugar anoche consciente de un riesgo cierto: un solo gol local le dejaba fuera. En la primera parte defendió con posesión en el campo contrario y amenazando con marcar por delante. En la segunda el Arsenal fue apretando poco a poco más y algún susto grave hubo. Y sobresaltos en salidas de Rulli a por uvas. Pero el equipo aguantó, el palo se cruzó en la ocasión más seria de los locales (como en la única del primer tiempo) y el equipo, agrupado en torno a un fenomenal Albiol, alcanzó la orilla. ¡Bravo por el Villarreal!