¿De qué se ríe Hazard?
Zidane se puso cabezota con su idea de darle al belga galones de titular y el futbolista se lo pagó, una vez más, con un partido lamentable indigno de un profesional de su supuesto nivel y suculento contrato. Un tirito, mil controles hacia atrás e intrascendentes y los pulmones fundidos desde el primer cuarto de hora fue todo lo que ofreció Eden, por el que el entrenador cambió el sistema y sacrificó a un Vinicius que al menos pone todo lo que tiene en el verde cada vez que defiende el escudo. Y por si fuera poco coronó su pobre rendimiento con unas imágenes lamentables al término del partido compadreando con sus colegas del Chelsea con una sonrisa en el rostro que es un puñal en el pecho del madridismo.
Desde que el Madrid se gastó un pastizal por sacarle de Inglaterra, Hazard se ha puesto el Madrid por montera. Se presentó con una barriga más propia de un turista en Benidorm que de un profesional y le rieron las gracias; se lesionó y tardó un mundo en recuperarse; dijo públicamente que lo de entrenarse duro no era lo suyo y también se le pasó por alto como una bromita de adolescente malcriado. El empecinamiento de Zidane por recuperarle ha sido en vano y perjudicial: ni está y, lo que es peor, ni se le espera.