Con solvencia, suplentes y Benzema

El fútbol es una medusa de mil caras que permite utilizar un argumento y el contrario para justificar una opinión. En algún corrillo se escuchó que la sencilla victoria del Real Madrid en Cádiz acredita la idea de una competición que no establezca diferencias tan abrumadoras, pero en la primera vuelta el equipo gaditano le derrotó en Valdebebas y colocó a Zidane en una posición extremadamente delicada. Fue un seísmo en toda regla que arrastró al Madrid a una situación de incertidumbre agudizada poco después por la derrota, también en casa, con el Alavés. De ese inflamable material emotivo está hecho el fútbol y también de su maravillosa arbitrariedad, que invita a la incertidumbre, cuando no la sorpresa asombrosa.

En un contexto complicado, por las circunstancias externas al equipo y el poco productivo empate con el Getafe, el Madrid hizo el trabajo que se espera de él. Persigue el título y no abandona la carrera. Abundaron las bajas como el partido anterior, pero esta vez la respuesta fue solvente. No había razón alguna para disculpar el mal partido contra el Getafe, que mereció con claridad la victoria, y se demostró contra el Cádiz, mejor clasificado que el equipo de Bordalás.

Los jugadores del Real Madrid se acercan a Benzema para festejar con él su primer gol, el 0-1 que encauzó el triunfo en el Carranza.

Regresó Varane y también Nacho. No hace tanto, Nacho había entrado en el grupo de los jugadores desacreditados, Militao o Lucas Vázquez. Ahora los tres ofrecen impecables garantías. Por las razones que sea, varios suplentes no han funcionado, pero otros han rendido mejor que nunca. Poco a poco emerge la segunda unidad, donde ahora puede incluirse a Antonio Blanco, debutante en la Liga. Blanco, medio centro, subcampeón del Mundo con la selección Sub-17, forjado en la casa madridista desde crío, jugó en Cádiz como un adulto. Pareció que el canterano llevaba toda la vida en el equipo.

En Getafe faltó Casemiro. En Cádiz no jugaron Modric y Kroos. Odriozola y Marcelo fueron titulares, protegidos por una línea defensiva de tres centrales. Son dos jugadores de reconocida vocación ofensiva. No tuvieron que preocuparse por el trabajo defensivo y se sintieron muy cómodos. Odriozola recordó sus tiempos iniciales de extremo en la Real Sociedad. Marcó uno de los goles y su celebración fue emocionante. Noches como ésta, elevan exponencialmente el grado de confianza de un jugador.

Benzema figuró en el once. En Getafe descansó hasta que Zidane le reclamó en el segundo tiempo porque pintaba mal. Benzema es esencial en el Madrid, que es otro equipo con el delantero francés. Impresiona por la solvencia con la que se mueve en el campo, tanto para hacer goles como para hacer mejores a los demás, futbolistas con currículo que obtuvieron una nota muy superior a la que lograron en Getafe.