Diez minutos. Ese es el tiempo que transcurrió desde el penalti de Iza a Vinicius (que no falló Benzema), hasta el segundo gol del francés (el tercero del partido). El intervalo que va del 30’ al 40’. Diez minutos que dinamitaron las opciones de un Cádiz que salió bien plantado al terreno de juego y que llegó a hacer daño a su rival con un par de acercamientos de Jonsson y Jairo en los primeros minutos. Ante un rival como el Real Madrid necesitas hacer un partido perfecto y sin errores (como el de la primera vuelta en Valdebebas) y ayer no fue el caso. Los blancos no perdonan y arrasan por donde van si le das la mínima opción de hacerlo.

En la segunda parte la imagen del Cádiz mejoró, pero el resultado era una losa insalvable. La derrota, aunque dolorosa por como llegaron los goles, no empaña la gran temporada del equipo de Álvaro Cervera, que acaricia el objetivo con las yemas de los dedos. Ahora lo que toca es pensar en el sábado, en el partido contra el Valladolid. Un encuentro ante un rival por la salvación, en el que si los amarillos consiguen la victoria, podrían dejar la permanencia encarrilada. Los jugadores son conscientes de ello y lo quieren conseguir para dedicárselo una afición que lleva 15 años sin presenciar un partido de Primera. El objetivo: otro Cádiz-Real Madrid la próxima temporada con el Carranza a reventar.