El Zaragoza no da respuesta a un penalti injusto

El Real Zaragoza vio frenada en Montilivi con cierto estrépito y claro perjuicio arbitral su racha victoriosa y tendrá que seguir peleando a brazo partido para certificar su permanencia. Quedan siete jornadas definitivas y van a hacer falta un mínimo de dos triunfos y un empate, por lo que no cabe ningún tipo de relajación y sí mucha autocrítica.

El equipo aragonés tuvo que luchar casi desde el inicio contra un penalti rigurosísimo y muy polémico por una mano pegada al cuerpo de Jair, en el que, sorprendentemente, el VAR no rectificó al árbitro, ni le llamó a consultas ante el monitor. Así que, noqueado muy pronto por una decisión injusta, anduvo casi todo el primer tiempo a remolque, sin generar ocasiones ni explotar sus conocidas virtudes defensivas frente a un rival al que el 1-0 le dio la serenidad y los espacios que más necesitaba.

A JIM, que esperaba otro encuentro largo, sin que pasara nada durante muchos minutos, se le vino abajo su plan y en el descanso relevó a Toro Fernández, tras otra noche de ausencia, por Iván Azón, un cambio forzado por la desesperación. Los méritos de JIM en el Zaragoza son indudables, pero su empeño en alinear al Toro resulta incomprensible. Persiste una y otra vez, igual que hizo con Álex Alegría durante diez jornadas, y el uruguayo no le devuelve ni un gramo de esa confianza. Es una apuesta que no se ha sostenido nunca y que de alguna manera compromete el prestigio del técnico.

Con el segundo gol del Girona, pasada la hora de partido, al Zaragoza ya se le acabó de hacer de noche y la entrada de Eguaras, junto a la de Bermejo, llegó con todo ya resuelto. El Día de San Jorge, frente al Sporting, espera una nueva final por la salvación. E igual hasta JIM se anima a poner a Azón como titular. Sería hasta conveniente.