Florentino Pérez renovará su mandato como presidente del Club dentro de pocas horas, exactamente este martes a las nueve de la mañana. Acudirá acompañado de su Junta directiva en pleno, entre la que hay diez miembros con un número de socio inferior al quince mil. El propio Florentino ingresó en la entidad en octubre de 1961, hace sesenta primaveras. Pérez será proclamado para un sexto mandato (2000, 2004, 2009, 2013, 2017, 2021), el quinto sin oposición, con tres objetivos prioritarios: culminar la transformación del estadio Santiago Bernabéu, cuajar la Superliga y volver a la senda de los galácticos.

Las primeras elecciones que ganó Florentino Pérez, las del año 2000, fueron reñidas porque se enfrentó a un presidente, Lorenzo Sanz, que tenía una Copa de Europa en cada mano. Se presentó convencido que para tener éxitos deportivos hacía falta estabilidad económica. Desde entonces el club nunca ha vuelto a tener 'tensiones de tesorería' y el Madrid ha sumado 26 nuevos títulos con él, entre ellos otras cinco Champions. Pero lo que mueve a este empresario, del que poca gente sabe que desde que cumplió los 29 años siempre ha sido presidente de las entidades que ha dirigido, tanto en su vida profesional como deportiva, es el madridismo puro y duro, el sentimiento de que nada ni nadie está por encima del Club.

A las nueve de la mañana de este martes, con la fresca, Florentino renovará sus votos. Seguirá de presidente de momento hasta 2025. Puede que dentro de cuatro años sí que tenga rivales en las urnas. Y no hablo de los dos que han sonado en las últimas semanas, Boluda y Riquelme. Habrá nuevos, y sorprendentes, candidatos. Dos por ahora que yo sepa, poderosos ambos. Uno yo diría que, íntimamente, incluso del gusto del propio Florentino. Pero mientras llega ese día, Florentino Pérez Rodríguez seguirá cuatro años más con el firme propósito de consolidar la economía del Madrid multiplicando por cinco los ingresos del Club, fichando a Mbappé y Haaland (por este orden), renovando a Zidane, que no es flor de un día, y estrenando un monumental y espectacular nuevo estadio en el que espera llegar a los 1.500 partidos como presidente tras romper la barrera de los mil encuentros, precisamente la semana pasada en el choque de ida contra el Liverpool, que fue su partido 1.001 en el Real Madrid.