¡Te queremos, Vini!

Sueño cumplido.- Vinicius José Paixao de Oliveira Júnior. Aterrizó en Madrid en el verano de 2018 siendo un niño de 18 años. Sus ojos se le iluminaron desde el primer día que pisó el Bernabéu junto a su familia, esa que le cuida y le mima para que dibuje una historia futbolística sin los renglones torcidos. Supo desde el primer que llevar la camiseta del Madrid conlleva muchas exigencias y pocas concesiones. Honrar este escudo no se resuelve con un caño o un sombrero. Es una manera de entender la vida desde la profesionalidad radical y el compromiso innegociable. Han pasado tres años y les puedo asegurar que de brasileño le queda la sonrisa y la magia que destilan sus botas. Pero es un chaval que se cuida como lo hace Cristiano. Solo sale de casa para entrenar en Valdebebas y regresar para seguir trabajando como si no hubiera mañana. Su alimentación es equilibrada y medida. Solo bebe agua. La Play es su distracción más llamativa, porque el resto del tiempo lo ocupa en el gimnasio para hacer mantenimiento tras el trabajo matinal a las órdenes de Zidane. Siempre está en su peso. Se sabe perfectamente el calendario cercano y lejano del equipo. Escucha a Zidane, atiende los consejos de Ramos y Benzema, bromea con sus amigos Rodrygo, Casemiro, Militao y Marcelo, y después duerme ocho horas para soñar despierto. Y por fin su sueño favorito se ha cumplido. Ser el héroe de su amado Real Madrid en una gran noche de Champions ante un rival de campanillas. Vinicius sabía el tesoro que tenía en ese cofre que nadie se atrevía a abrir. La confianza que por fin le ha dado Zizou ha desatado su talento y su fantasía adolescente. Hacerle dos goles al Liverpool de Klopp son palabras mayores. La gran noche de Vini. Ha nacido una estrella. ¡Cómo te queremos!

Lección de Zidane.- Klopp es un técnico carismático que gesticula, habla, protesta, se mueve, da la brasa al cuarto árbitro, grita... Pero cometió un error de concepto. Se creyó que podía ganar al Madrid con la gorra. De hecho, así apareció vestido. Con una gorra de gusto mejorable. Pero al descanso empezó a entender mejor el porqué de la leyenda del Madrid en Europa. El 2-0 al intermedio sólo era un pequeño reflejo de la lección de fútbol magistral que ofreció la tropa de Zizou ante un Liverpool que en 45 minutos no fue capaz de disparar una sola vez entre los tres palos de Courtois. Un baño en toda regla, un repaso para la hemeroteca. Cierto que el gol de Salah (¡tras dos rebotes!) puso el vinagre en la ensalada. Pero en cuanto el equipo cogió de nuevo la mano del partido llegó el 3-1 de Vini y se consumó el acreditado triunfo. No es determinante, ya vimos que al Barça le remontó un 3-0. Pero el Madrid en Europa habla en otro idioma. Su idioma.

El pase de Kroos.- El primer gol, el que abre la lata que siempre es el más importante, llegó con un control de pecho excelso de Vinicius y una definición perfecta ante su compatriota Alisson. Pero viene de un pase geométrico de Kroos, el metrónomo que cada día juega con más elegancia y más efectividad. El alemán está en plan profesor de Oxford. Cada partido suyo es un clínic de pases bien orientados y de coherencia en la distribución del juego. Modric, gigantesco otra vez, y Casemiro, tridimensional, completan con Toni el mejor centro del campo del siglo XXI. Son una maravilla.

A por el Barça.- Este prestigioso triunfo llena de orgullo a la afición antes del Clásico del sábado (¡Barça, prepárate!). Y después a pensar en Anfield. Pero primero, a tumbar al Barça y agarrar una asa de la Liga 35.