La F1 necesita a Alonso

La exhibición de Fernando Alonso con el Renault R25 en Abu Dhabi despierta una expectación inimaginable para lo que es menos que una pachanga (y que además se repetirá durante el fin de semana). Es bonito ver y escuchar de nuevo en pista un monoplaza de los que ya no hay, aunque tengo muy claro que el interés que genera cuanto se relaciona con el asturiano evidencia que la Fórmula 1 le necesita. Vuelve un campeón del mundo y un piloto carismático, con personalidad, entregado a su deporte y que representa los valores de este campeonato: la máxima expresión de la excelencia humana y tecnológica. La implicación del asturiano con su nuevo proyecto así lo avala, en un proceso de preparación que anticipa a las claras sus intenciones.

Su forma de rodar en Yas Marina con esa reliquia de quince años resulta igualmente reveladora. Los tiempos carecen de importancia, obviamente, pero ahí está Alonso apurando el asfalto, atacando los bordillos, acortando las frenadas… Y sobre todo, recuperando las sensaciones únicas de ponerse al volante de los coches más rápidos del planeta. Exigió todas las oportunidades para hacerlo y Renault se las está concediendo, lo que inquieta e incluso irrita a quienes serán sus rivales el próximo año. No ganará carreras y desde luego tampoco el Mundial en 2021, pero todos saben que vuelve un grande, un estorbo más para quienes busquen buenos resultados, un enemigo duro en el cuerpo a cuerpo, un hombre astuto e inteligente. Va a ser bonito tenerle otra vez en la batalla, al margen de que los grandes resultados quizá tarden en llegar… si es que lo hacen algún día.