Sobre la fidelidad de Zizou

Podría parecer algo exagerado pero la realidad es la que es. Dirigir un equipo de fútbol conlleva tener importantes reflexiones filosóficas. Nada es anodino a la hora de escoger tal o tal jugador para el once titular o, peor, para mandarle a la grada. Sé, por ejemplo, que para Zinedine Zidane esta obligación es la más difícil de su trabajo de entrenador y que, a veces, le hace sufrir. Eso habla muy bien del concepto que tiene el técnico de su función y de su implicación emocional. De ahí la explicación a su decisión muy controvertida de seguir apostando de vez en cuando por futbolistas que no parecen tener ya el nivel físico ni la motivación necesarios para seguir jugando en un club tan exigente como el Madrid.

Más allá de las sensaciones que cualquier observador de los últimos partidos del equipo merengue debería tener, las estadísticas de Marcelo e Isco son terroríficas. Saber que el brasileño ha sido el único que haya jugado en las diez derrotas del Real Madrid en liga desde la vuelta de Zidane al banquillo da escalofríos. Sin embargo, y aunque es consciente de todo ello, el entrenador francés va a seguir contando con ellos dos. Porque considera que no puede abandonar a jugadores con quienes ha vivido cosas muy fuertes (y ganado un montón de títulos) en un pasado reciente. Zizou es un hombre fiel. ¿Cómo se le puede reprochar tal cualidad?