Ya hemos hablado aquí en el blog sobre provincias, rutas, etcétera, pero una de las que no habíamos 'tocado' en estas líneas era la de Burgos. Y, como otras muchas del país que se han subido al carro del cicloturismo, la Diputación de este paraíso del frío está apostando fuerte para que la gente conozca sus tierras y rincones.

Hay que decir en este punto, antes de entrar en materia, que la Diputación de Burgos es un activo del ciclismo no ya a nivel provincial, sino nacional. Por poner varios ejemplos: sufraga de forma casi íntegra la Vuelta a Burgos profesional masculina y la femenina; por si fuera poco, es patrocinador principal del Burgos-BH. Y para rematar, en 2021 la Vuelta a España saldrá desde dentro de la catedral.

Dicho esto nos hacemos, seguro, una mejor idea de la importancia que está tomando este deporte como vehículo de promoción para la provincia. También hay que contextualizar que estamos en un lugar castigadísimo por la despoblación, con un clima extremo especialmente en invierno. En este caso, la Diputación ha lanzado tres rutas para descubrir la provincia en BTT.

La primera de ella, llamada 'Cañones del Ebro'. El río más caudaloso de España nace en Fontibre (Cantabria) y atraviesa buena parte de la provincia de Burgos hasta terminar ya en Tarragona tras pasar por Zaragoza. De hecho, una ruta que yo hacía mucho cuando viví en Cantabria era la vuelta al Embalse del Ebro, que básicamente es la mitad por Cantabria desde Reinosa hasta Corconte y la vuelta se hacía ya por provincia de Burgos pasando por el pueblo de Arija. Una villa de apenas 130 habitantes. Una ruta plana, a unos 850 metros sobre el nivel del mar y siempre con bastante ropa de abrigo.

Volviendo, que me lío. Aquí hablamos de una ruta de 28 kilómetros -recordad, es MTB- por cañones, bosques de distinta vegetación y donde se puede ver una gran cantidad de aves rapaces. Empieza en Quintanilla Escalada y acaba en Escalada, entrando y alejándose del cañón del río.

La segunda se denomina 'Raíces de Castilla', y son 43 kilómetros más bien llanos entre Frías y Poza de la Sal, por un paisaje de pinares y en carreteras que son realmente calzadas centenarias, de ahí el nombre. El tramo central, en la Sierra de Oña, es la parte más exigente de la ruta.

Por último, la conocida como 'Sierra de la Demanda', la más larga y probablemente también la más dura de las tres. Un total de 54 kilómetros entre Arlanzón y Monterrubio de la Demanda, con un antiguo recorrido de ferrocarril como hilo conductor. En el mundo del asfalto, la Vuelta a España hizo varias ascensiones a la Cruz de la Demanda hace ya un par de décadas. Aquí, en esta ruta, no se pasa por ella pero sí se recorre buena parte de su sierra, con pueblos donde parece que se detiene el tiempo.

Así que aquí tenéis, cuando se pueda y la situación nos deje, otro lugar que descubrir si sois aficionados a la bici de montaña. Tranquilidad y naturaleza hay la que queráis. Eso sí: si no sois muy del norte o muy aficionados a las bajas temperaturas, os aviso de que en pleno invierno allí rasca a base de bien. En cualquier caso, Burgos es una gran desconocida y a eso tenéis que ponerle remedio.