Valentía para seguir creciendo

Las primeras jornadas de Liga arrojaron unas sensaciones que fueron a peor, una vez el juego por momentos estimulante del Real Valladolid no encontraron el respaldo de los buenos resultados. Ante el Athletic, más de uno vio una claudicación de Sergio; percibieron que, puestos a morir, lo haría con los suyos. Sin embargo, lejos de hacerlo, el equipo se volvió a levantar, rebelde ante las críticas y ante la situación. Lo hizo, eso sí, a través de un estilo a caballo entre lo que funcionó en el pasado y lo que no estaba sirviendo hasta entonces, evitando cerrarse, salvo un tramo final obligado por un penalti y las urgencias del Athletic, y buscando a los leones arriba.

Contra el Granada jugaron los mismos once y la cosa salió incluso mejor. La valentía sirvió para dar otro paso adelante y para seguir creciendo, atenazando a un rival que perdió el foco de lo que suele hacer por el buen planteamiento de los blanquivioletas, que desdibujaron incluso a un Luis Milla señalado por los oportunistas, como si por un mal partido dejase de ser el gran jugador que es. En varios momentos, como en el gol de Jota, se volvió a ver al Real Valladolid que minimiza a quien tiene enfrente, haciéndole parecer peor de lo que es. Esto, que ha sido una virtud desde el ascenso, llegó otra vez de manera matizada, porque así debe ser.

Son muchas las voces discordantes con la creencia de que el equipo tiene más recursos que antes. La evidencia es que, por lo menos, los tiene distintos, para ser más valiente. Los cambios en la defensa obligan a parapetarse voluntariamente menos que antes y del centro del campo hacia adelante hay más talento, por más que uno agradeciera, por ejemplo, lo afanado que era Ünal o que reconociera la trayectoria de Sandro. Sucede que a ese talento (como a Toni antes... o como a Toni casi siempre) hay que activarlo. Seguramente no a martillazos, como se intentó en las primeras jornadas, un poco por la obligación de las bajas y otro poco por la obligación de las inversiones y del proclamado cambio de estilo.

Después de sufrir durante ocho partidos, Sergio González ha podido empezar la transición en el noveno y confirmarla en el décimo. Su Real Valladolid ya no puede ser el mismo de antes, porque algunos nombres han cambiado y porque el paso de los años ha pesado a hombres llamados a ir perdiendo el protagonismo de antaño. El once que posiblemente se repetirá contra el Levante parece un valor seguro después de sumar seis puntos y tendrá otra vez a ocho jugadores que son parte, algunos más que otros, de ese pasado. Incluso en el caso de una indeseada derrota, al técnico le convendrá insistir en aspectos como la altura de la presión o de la línea defensiva. De valientes, dicen, están los cementerios llenos, pero no es verdad; si acaso, están llenos de inconscientes. La memoria deportiva dice que nadie triunfó desde actos que no fueran valientes.