Una final en la pista y otra fuera

Novak Djokovic y Rafa Nadal no pujarán hoy por el título de maestro. Los números uno y dos del mundo no protagonizarán el 57º duelo de su carrera y la 28ª final, en el clásico más repetido en la historia del tenis. Habrá que quedarse en la retina con el último Roland Garros y esperar al próximo curso para volver a verles frente a frente. Djokovic sucumbió en una maratón de casi tres horas contra Dominic Thiem, reciente azote del Big Three, ante el que tiene balance favorable en los dos últimos años. El único jugador, junto a Andy Murray, que ha ganado al menos cinco veces a Nole, Nadal y Federer. El español tampoco pudo tumbar a Daniil Medvedev y no luchará por el Masters, la gran corona que falta en su palmarés, a pesar de que este año llegaba en mejores condiciones.

Djokovic y Nadal no estarán en la final, pero durante estos días han jugado otro partido paralelo, en un constante cruce de declaraciones que revela la visión tan diferente que tienen ambos del porvenir de su deporte. Nole ha liderado la creación de la Asociación de Jugadores Profesionales de Tenis (PTPA), un sindicato para defender "los conflictos de intereses" que se generan en la ATP, un organismo donde cohabitan tenistas y torneos. El serbio dice que un objetivo es luchar por los jugadores de menor ranking. Enfrente está Nadal, en la misma línea de Roger Federer, que aboga por una postura más tradicional y oficial. Rafa considera innecesaria una nueva asociación, porque en su opinión están bien representados y protegidos en la ATP. A la par, esta semana se ha debatido mucho sobre innovaciones de futuro, como la posibilidad de que los Grand Slams se reduzcan a tres sets o que la tecnología sustituya a los jueces de línea. Aquí discrepan igualmente. A Nadal le gusta como está. Djokovic prefiere cambiarlo. El clásico del tenis también se disputa fuera de las pistas.