La relación espontánea de Hazard y Benzema

Se dio un respiro el Madrid ante el escabroso horizonte europeo. La visita del Huesca, un equipo bonito de ver que acusa extremadamente su desfase competitivo, le permitió agarrar un triunfo relativamente cómodo. No fue un buen Madrid, ni mucho menos. Hubo los conatos de distensión de siempre, superadísimo Militao otra vez, en un conjunto corto de fútbol al que le encuadró su inspiración ofensiva. Apagado de inicio, como todo el bloque blanco, Hazard agitó el panorama en una acción de superior categoría que sirvió a su equipo para despejar las dudas iniciales. Si algo puede sacar en claro Zidane, al margen de lo esencial que es Fede Valverde, es la espontaneidad del vínculo entre el jugador belga y Benzema.

Algo fluye entre los dos sin necesidad de forzar nada. Hablan el mismo lenguaje futbolístico, se complementan a nivel posicional y se buscan en asociaciones cortas y precisas (11 pases entre los dos). Cuando Benzema cae a la banda, Hazard se fija por dentro. Cuando uno tiene el balón, el otro se mueve en el apoyo o la ruptura para ofrecer una línea de pase o limpiar rivales para la jugada individual. Parece que se puedan pisar, pero no lo hacen nunca pese a estar muy cerca el uno del otro. El Madrid se estiró por el costado izquierdo —47% de acciones ofensivas por ese lado mientras Hazard estuvo en el campo— en una clara mirada a ambos. También a Maffeo, que va de una a otra esta temporada, proclive siempre al error. Hazard y Benzema forman una alianza clara que ante rivales en bloque medio-bajo puede abrir el camino del ataque al Madrid. La calidad de ambos en espacios reducidos resulta irrebatible como también lo es su entendimiento en las transiciones. Hazard puso la primera pica, Benzema se mostró firme ante el gol y el Madrid se purificó frente a lo que viene. El Inter exigirá un paso más.

Movimientos complementarios

La sincronía de Hazard y Benzema en el cambio de posición discurre de forma natural. Hazard va al centro y Benzema se abre para recibir. Nunca se pisan entre sí pese a compartir espacios comunes.