Las cosas como son. Después de una larga década de dominio absoluto de la Europa futbolística, los clubes españoles están perdiendo algo de peso y de brillantez. La bofetada histórica recibida por el Barcelona contra el Bayern de Múnich el pasado mes de agosto, la rácana derrota del Atlético de Madrid contra el Leipzig, la eliminación del Madrid por el Manchester City y el desastre del pasado miércoles contra el Shakhtar han hecho mucho daño a la imagen de LaLiga. Asimismo el culebrón Messi, que quería irse de España, y la sorprendente ausencia de los merengues en el último mercado de fichajes (por primera vez en muchos años) han ampliado la sensación, muy palpable fuera de las fronteras de España, de que ha empezado una decadencia imparable. Yo no comparto esta idea, pero existe cada vez más.

Por todo eso, el Clásico de esta tarde en el Camp Nou va a tener una importancia mayor que en otras ediciones. Y no sólo porque puede decidir el futuro de Zinedine Zidane. El Barça y el Madrid deben ofrecer a partir de las cuatro de la tarde un gran espectáculo para desmentir que el nivel de esta Liga ha bajado y que todavía sigue siendo el mejor campeonato del Mundo. Todo el planeta, como siempre, va a estar pendiente de este partido. Jugadores, técnicos… ¡Háganle un favor a LaLiga!