El Madrid ganó la Liga de la pandemia por la superioridad física con la que volvió del confinamiento. No tenía un fútbol de altura, ganaba sufriendo, pero la profundidad de su plantilla se impuso en una competición exprés inédita. ¿Qué ha sucedido para que ese mismo grupo se haya caído estrepitosamente? Pues que, estando en un mal momento físico, casi de pretemporada, ha aparecido un equipo sin recursos para imponer su fútbol.

Las ajustadas victorias iniciales tuvieron a Courtois como gran protagonista, sosteniendo resultados con un pobre juego. Igualados o superados en piernas, los blancos no han tenido una idea, una estrategia clara a la que agarrarse para controlar los partidos. Al problema endémico de la falta de gol se le unía la ausencia de un plan de juego nítido que ayudase a los futbolistas en los malos momentos.

Hemos visto que los blancos no dominaban la pelota, no presionaban juntos, no esperaban y salían a la contra, en definitiva, no se sabía a qué jugaban. ”Los futbolistas en el campo necesitan soluciones”, dijo Zidane tras el fiasco ante el Shakhtar, reconociendo una de las carencias que tienen ahora mismo. El técnico, que nunca ha sido un estratega, apelará seguro a la unión y el compañerismo, pero puede que ahora haga falta algo más.