Contrato vitalicio para Sergio Ramos

Si yo fuera Florentino Pérez, a esta hora tendría redactado y a falta de firma el contrato en blanco de renovación para Sergio Ramos. Evitaría el regateo en años y dinero y me haría la foto institucional del momento cuanto antes porque es una evidencia que si el capitán del Madrid no está en el verde este equipo no es capaz de ganarle ni al Escalerillas. Varane es un buen central, que luce en el papel de escudero de Sergio, pero que falla más que una escopeta de feria cuando le toca asumir el papel de líder. Y Militao tiene que sacar a hombros por la puerta grande del Bernabéu a su representante porque es una broma de mal gusto que el Madrid dilapidase 50 kilos en ficharle.

La realidad ahora mismo de este equipo es que no se puede permitir ni un resfriado del central andaluz porque se convierte en un grupo vulnerable y sin alma. Desde la salida de Cristiano, Ramos se ha multiplicado para achicar agua en una plantilla acomodada y con el estómago lleno. Imagino que los iluminados que veían a Varane como el futuro líder de la zaga o a Militao como un recambio de garantías se habrán caído del guindo y a esta hora estarán rezando para que Ramos no se haga el remolón y firme su renovación cuanto antes. En una campaña que pinta dura y con cierto aire depresivo, la mejor noticia para el madridismo (incluidos Varane y Militao) sería la renovación del tipo que con su presencia es capaz de convertir en competitivo a un equipo con tantas dudas y carencias.