Barça y Sevilla salen reforzados

Empezó la Champions y Koeman dejó a Griezmann fuera. Como se sospechaba no es tipo que aguante bromas, y al recadito del francés respondió poniéndole en el centro en Getafe, donde quedó en evidencia fallando un gol claro. En su lugar salió Trincão, que alegró la banda con algunas arrancadas. Otras novedades fueron Pjanic por Busquets y Dest por el lesionado Jordi Alba. No sé por qué, me da la impresión de que ese es el equipo que tiene en la cabeza, porque para meter a Pjanic le va a pesar menos quitar a Busquets (o irle administrando) que a su paisano De Jong. Aunque no creo que se atreva ya a dar ese golpe en el Clásico.

El Barça empezó sosote, comiéndose sustos por la calidad del punta Nguen, un pequeño con velocidad y talento. Messi despertó al equipo con una arrancada muy suya, traducida en penalti y gol. Eso despertó al equipo, que lució algunas buenas combinaciones en ataque y resolvió el trámite con un gol de Ansu Fati y otro que él mismo le dio a Coutinho. Ya con 3-0, Piqué cometió el error de ganarse la expulsión en una nueva escapada de Nguen, que le retrató. Aparte de costarle igualmente el gol, vía penalti, le costará no jugar en Turín, mala cosa, dado lo tieso que anda el Barça por atrás, con Umtiti definitivamente inservible.

En la rueda de cambios no entró Griezmann, y sí Dembélé y Pedri, y marcaron los dos. Así que el Barça terminó 5-1, y algunas sensaciones recuperadas. Mientras, el Sevilla se batía en Stamford Bridge, de donde vuelve con un empate que bien pudo haber sido victoria. El Sevilla confirmó en la salida dura del grupo su empaque de equipo europeo de tronío. Ese 0-0 y el lindo 5-1 del Barça ante la cenicienta de su grupo elevan la moral algo caidilla con que encaramos esta Champions. Ahora le toca al Madrid, sin Sergio, pero ante un Shakhtar mermadísimo, y al Atlético, a la espera de los PCRs del Bayern. Con repetir los resultados de ayer ya seríamos felices.