El Madrid no es un meme

Recuerdo la sonrisa de Fabio Capello cuando se jubiló de los banquillos. "Ahora me encanta hacer de comentarista. Aquí siempre se gana". Tiene razón el italiano, no hay fútbol más antinatural que el que se juega en las pizarras de los analistas. Opinamos con gravedad sobre capturas de pantalla. Analizamos gifs en serio mientras en el vestuario aún rebotan los ecos del último bidón estampado contra el suelo. Pienso en todo esto mientras comienzan a descuartizar al Real Madrid de Zidane. Aquí falta, aquí sobra. Dos partidos y el equipo parece el cartel de la vaca dividida por partes con el que aprendía anatomía animal cuando acompañaba a mi madre a la carnicería. ¿Lo que ayer era solomillo hoy es casquería? Que nadie olvide que este equipo viene de ganar LaLiga. De rebozarse, semana a semana, en cal y arena, hasta levantar el título de la resistencia.

El Real Madrid tiene todo para volver a ser el equipo compacto y enérgico del curso pasado. La omnipresencia, ofensiva y defensiva, de Sergio Ramos, el motor de Mendy, el regate de Vinicius o la sapiencia de la pareja Kroos-Modric invitan a creerlo. Reniego del meme que muestra a los de Zidane solo como un equipo romo. Muchas de las virtudes que construyeron el Madrid fiable y sobrio de la Liga pasada se aprecian en el actual. A poco que el equipo recupere el vigor defensivo, la propuesta irá creciendo.

Los jugadores celebran la conquista de LaLiga 34.

Es innegable, claro, que faltan piezas arriba. Siguen sin aparecer los socios que completen el juego esencial de Karim Benzema. Pasan las temporadas y el francés sigue siendo la única llave del equipo para abrir el cofre en cada jugada ofensiva. Es el latido de cada acción importante. Sus movimientos de arriba hacia abajo allanan el camino tanto para los que vienen de frente como para los que vienen por las bandas. El problema es que, de momento, nadie viene. Ni Vinicius, ni Hazard, ni Rodrygo, ni Jovic han reclamado esos espacios. Tampoco Mendy ni Carvajal. El Madrid sigue siendo esta temporada un equipo imperfecto, una propuesta desequilibrada, nunca la foto fija que imponen ciertos análisis. La buena noticia, esto no tiene que decírselo nadie a sus seguidores, es que para imponerse al resto pese a sus defectos nunca he conocido a un equipo mejor.