LaLiga y el eje Barcelona-Madrid-Sevilla

Una jornada después que el Madrid y dos que el resto, por fin comparecieron en el campeonato el Atlético, el Barça y el Sevilla, que con el campeón forman la representación de nuestro fútbol en la Champions. Tres victorias holgadas, en el caso del Atlético con el golpe de euforia que provocó la aparición de Luis Suárez, cuya presencia en lugar de Morata mejora claramente a la plantilla, dicho sea con respeto al que se marchó. Y tan buena noticia como esa fue el desempeño de João Félix, en la posición en que mejor se mueve. Parece que el Cholo, por fin, se anima a hacer un equipo atacante y dominador. Y piezas tiene para ello. Cara de aspirante, en fin.

Luego pasó el Sevilla, regresado del arrimón que se pegó en Budapest. El empeño de Rubiales contra los lunes, del que se debería apear, va a forzar a que cada semana de Europa League les pase a tres equipos esto de empalmar jueves y domingo. Lopetegui se quejó, pero su equipo, que había dejado al Bayern tan maltrecho que perdió 4-1 el mismo día, tuvo gas para ganar en Cádiz en los últimos minutos. Está tan bien cuajado este equipo que a pesar de que le falta mejorar el puesto de delantero centro (cualquiera de los tres que le sobran a Zidane le podría valer) también tiene cara de aspirante. Tiene equipo para las cuatro estaciones.

El Barça es aspirante por naturaleza, lo mismo que el Madrid, con o sin VAR. Koeman se estrenó con una alineación sensata y con cambios atinados que lucieron plantilla. Ansu Fati va como un cohete, Messi se aburrirá de hacerse el enfadado (ya le empezó a pasar en la segunda mitad del partido contra el Villarreal) y el equipo olvidará los traumas del verano. Sólo falta saber qué hará Koeman con Griezmann, que con Ansu Fati a la izquierda y Messi de falso nueve va a tener difícil acomodo por la derecha. En todo caso, parece que esta vez la carrera por LaLiga empieza con cuatro, no con dos, como en los últimos años. Eso que ganamos todos.