¿Fue proporcionada la sanción a Hamilton?

Tengo la impresión de que la figura de los comisarios, de los árbitros, se encuentra demasiado presente en los últimos tiempos en los grandes premios, tanto de Fórmula 1 como de MotoGP. Asumo su intervención cuando resulte necesario, pero decisiones como la que se tomó el domingo en Rusia para sancionar a Hamilton me parece desproporcionada. Ni que decir tiene que los reglamento se redactan para su cumplimiento, la clave del asunto es que estos jueces deportivos sean capaces de aplicar la norma con ecuanimidad y acierto. No creo que fuera así con el campeón británico en Sochi, dicho lo cual tampoco comparto su sensación de sentirse perseguido con el objeto de penalizar su insultante superioridad. Más bien me parece un error de bulto de los muchos que se cometen.

Hamilton probó dos arrancadas en una zona desautorizada y, por tanto, la penalización se antoja inevitable ciñéndose a la letra de la reglamentación. A partir de ese punto debería entrar en juego una interpretación de lo ocurrido basada en el simple sentido común. No creo que el líder de la F1 obtuviera una ventaja significativa con esa acción, máxime cuando gana las carreras con una mano. La sanción, a mi juicio, debería haber recaído en Mercedes, incapaz de informar correctamente a su piloto del procedimiento, así que una buena multa se antoja como lo más ajustado a la culpa, especialmente a modo de advertencia para toda la parrilla. Por último y ante unas circunstancias como las que nos ocupa, lo que me parece desmedido es sancionar a Hamilton por partida doble y arrebatarle un triunfo que era suyo. Por suerte para sus intereses le sobran puntos y oportunidades, pero el precedente de tanta severidad se me antoja peligroso.