A Banega aún le quedan bailes

Además de lo que supone volver a estar en una semifinal europea, los sevillistas celebran que aún podrán disfrutar de los bailes de Éver Banega sobre el terreno de juego. El argentino advirtió cuando confirmó su marcha a final de temporada que en su cabeza estaba despedirse como en su anterior etapa en Nervión. Y eso significa que su adiós debe ser levantando un título. Por el nivel y la implicación que Banega está demostrando en esta atípica Europa League, no parece que se plantee otra cosa que no sea cumplir su palabra. Y la mejor muestra fue la lección de anoche, coronada con un pase con música que Ocampos hizo bueno para sellar la presencia de los de Lopetegui en la semifinal ante el United.

Es el sevillano un espécimen peculiar que disfruta viviendo la nostalgia en el presente. Los cofrades afirman que la Semana Santa comienza a acabarse el Domingo de Ramos. Los sevillistas llevan meses viviendo la misma sensación, paladeando cada pase, cada recorte, cada vuelta sobre sí mismo de Banega como el que disfruta viendo marcharse a un palio por la estrechez de una calle del centro de la capital de Andalucía. El Sánchez Pizjuán no ha podido brindarle al rosarino la atronadora ovación con la que merece salir del coliseo sevillista. Queda el tremendo consuelo de verlo capitaneando la nave hacia el puerto de un nuevo título.