El loco mundo sin Márquez

Marc Márquez sumó su tercer cero consecutivo. Aquel accidente en el gran premio inaugural ha arrastrado su ausencia durante dos carreras más. Estaba previsto su retorno en Brno, pero sufrió una recaída y tuvo que ser intervenido de nuevo el pasado lunes. Quizá hayan leído la explicación: supone un mayor riesgo abrir un ventanal que hacer flexiones recién salido del quirófano o disputar unos libres sobre una Honda cuatro días después de una operación. Todos los superhéroes tienen su kriptonita. El caso es que Márquez no está en pista. Y cuando falta el dominador de los últimos años, los rivales se crecen, todos se sienten con posibilidades, y suelen ocurrir locos sucesos. Como, por ejemplo, que Johann Zarco haga la pole, o que Brad Binder firme la victoria en su tercera presencia en MotoGP.

Con Marc Márquez lesionado; Jorge Lorenzo, retirado, y Valentino Rossi, venido a menos por la losa de la edad, existe una enorme curiosidad sobre quién puede tomar las riendas del motociclismo. Si se hubieran hecho apuestas de alternativas a Marc antes de comenzar la temporada, posiblemente habría salido en cabeza el nombre de Andrea Dovizioso, como dictan sus tres subcampeonatos consecutivos. También hubiera aparecido Maverick Viñales, de quien siempre se espera ese salto. Fabio Quartararo es el candidato de futuro, tras las pinceladas magistrales que ya mostró el curso anterior. Y algún atrevido hubiera señalado a Álex Rins, que el año pasado sumó dos triunfos de mérito. Sin embargo, sólo Quartararo está aprovechando la oportunidad. Y no del todo. Sus dos éxitos encadenados en Jerez le habían aupado como el principal aspirante, pero este fin de semana ya le ha pesado la responsabilidad del liderato con una caída en la clasificación y un séptimo puesto en la carrera. Ser campeón del mundo de MotoGP no es un desafío sencillo. Ni siquiera sin Márquez.