Eliminados por Messi… y Çakır

Que el Barça sea mejor que el Nápoles, no hace falta decirlo. Que Messi sea un marciano, tampoco. Por esas razones y muchas más, los azzurri para tener alguna esperanza tenían que disputar un partido perfecto y rezar que llegara algo de suerte. Sin embargo, si después de apenas 10 minutos encajas el 1-0, el Everest del que habló Gattuso dobla su altura. En Italia todavía nos preguntamos cómo ha sido posible no anular el tanto de Lenglet, ilegal por unanimidad en cualquier tertulia del mundo. El análisis del enfrentamiento debe empezar por allí, porque este tanto fue decisivo.

Lo vimos en el arranque del choque, cuando los partenopei comenzaron fuerte y golpearon el poste con Mertens, y en la segunda mitad, con los azlugrana haciendo catenaccio y pidiendo la hora. Conociendo a ‘Ringhio’, perder así le dolerá el doble, pero no buscará excusas. El Nápoles regaló el tercer gol inexplicablemente con uno de sus mejores hombres y tuvo oportunidades para obrar el milagro a pesar de los pesares, pero las desperdició todas. Para crecer, la entidad azzurra deberá mejorar en este aspecto, que le ha pasado factura en muchas ocasiones, y por eso mismo se ha fichado a Osimhen. Quedar eliminados saliendo del Camp Nou disparando el doble que el Barça es absurdo. Los napolitanos piensen en eso y olvídense pronto de Lenglet, de Çakır y del VAR.