¿Qué pasa con los deportes de equipo?

En pleno confinamiento, cuando el panorama estaba más oscuro, el CSD encontró una salida, en coordinación con los colectivos del deporte, y en especial con LaLiga, para aplicar un cierre a las ligas profesionales. El fútbol y el baloncesto de élite tomaron dos caminos diferentes para resolver sus títulos. Entre los no profesionales, el fútbol sala también fue capaz de poner el broche. Los demás deportes de equipo decidieron clausurar sus temporadas con diferentes fórmulas: unos proclamaron campeones, otros los dejaron desiertos… Ya vendrán tiempos mejores, debieron pensar entonces, como lo pensamos todos. Pero ya se va acercando la fecha de reanudar la competición, casi todas las disciplinas en torno a septiembre, y los rebrotes de la pandemia vuelven a cubrir a las ligas de incertidumbre.

Los deportes no profesionales no disponen de las mismas posibilidades económicas de LaLiga para imponer su exhaustivo protocolo. Además, el control sanitario del coronavirus depende de las comunidades autónomas desde el final del estado de alarma, y cada una actúa a su manera. Las federaciones están muy preocupadas y se han reunido bajo el amparo del Comité Olímpico Español para reclamar un remedio conjunto. La RFEF, que se ha erigido como líder, emitió el viernes una nota donde pedía “garantías sanitarias y jurídicas suficientes” y “un modelo homogéneo y válido” en el “ámbito estatal”. Paralelamente se han enviado cartas al Gobierno, en concreto a los Ministerios de Sanidad, y Cultura y Deporte, y al propio CSD, en las que exponen el problema y piden una solución coordinada. Fútbol, baloncesto, balonmano, fútbol sala, hockey hierba, hockey patines, voleibol, waterpolo, rugby, bádminton, tenis de mesa, béisbol… Todos ellos están a la espera de saber si pueden arrancar su competición, y cómo. Y para algunos ya falta menos de un mes. El calendario acecha.