La crónica de la retirada anunciada de Iker Casillas lleva meses escribiéndose, pero no por ello deja de impactar el momento en el que el mejor portero de la historia de España anuncia su adiós definitivo al fútbol. El tiempo pasa deprisa, no se puede detener. Ver debutar y retirarse a las estrellas de La Roja, después de haber vivido a su lado y contado su viaje del héroe, hace que afloren los recuerdos y recordar es volver a vivir.

Cuando aquel chavalín apareció de tercer portero de la mano de Camacho en la Eurocopa 2000 y el candidato Florentino flipó al verle tan crío. Cuando aquel chico de Móstoles se quedó de suplente y apareció sorpresivamente en la final de Glasgow para ganar la Novena. Cuando Capello quería volver a sentarle y poner a Diego Lopez en el verano de 2006 y Luis Aragonés le mantuvo de titular con España en el último partido de Raúl con la Selección. Cuando se paró los penaltis ante Italia en la Eurocopa 2008 y superamos la maldición de cuartos. Cuando realizó la parada de la vida a Robben en Johannesburgo y nos hizo campeones del mundo. Cuando besó a Sara. Cuando llamó a Xavi para firmar la paz con España y le sentó Mourinho en el Madrid. Cuando lloró al irse del Madrid. Cuando su corazón nos dio un susto... Y ahora, cuando empieza una vida nueva. El viaje del héroe continúa. Y lo seguiremos contando.