Los Juegos de Tokio no se declaran abiertos

Este viernes, 24 de julio, tendría que haberse escuchado el protocolario “declaro abiertos los Juegos” en el Estadio Olímpico de Tokio. No será así. Ni hubiera podido ser. Los datos actuales confirman el acierto del aplazamiento por la pandemia. Este mismo jueves, Tokio batió su récord de contagios con 366 afectados. Más allá de la desesperanzadora situación japonesa, el deporte mundial tampoco ha levantado cabeza. Las pocas competiciones internacionales que han arrancado, como la F1, las motos y el golf, avanzan sin público. También varias ligas de fútbol y baloncesto, con éxito diverso. El extraño caso del Fuenlabrada confirma que una irresponsabilidad particular puede poner en jaque el trabajo colectivo y la salud pública. Otras disciplinas relevantes, como el ciclismo y el tenis, todavía no han inaugurado sus reestructurados calendarios. Las bicicletas lo harán la próxima semana en Burgos. Las raquetas lo iban a hacer a mediados de agosto en Washington, pero el torneo se ha cancelado. En esas fechas también se espera el pistoletazo de la Diamond de atletismo. La incertidumbre acecha.

Los rebrotes que se extienden por España también surgen en otros países. Estados Unidos sigue por encima de los 60.000 contagios diarios. El movimiento entre fronteras tampoco está resuelto. La nadadora Rikako Ikee lanzó ayer un mensaje institucional en un vídeo de Tokio 2020 que remató con la frase: “La esperanza aviva la llama”. El espíritu optimista es propio del deporte, aunque más objetivo resulta el discurso del presidente organizador, Yoshiro Mori, que ha declarado en la NHK que “si la situación actual continúa, no se podrían realizar los Juegos en 2021”. Y que “todo depende de si la humanidad puede derrotar al coronavirus”. Aún no es así. Ayer, 23 de julio, comenzó la cuenta atrás de un año para las nuevas fechas. Pero los Juegos siguen en el aire para entonces. Esa es la realidad.