Pol y HRC, una jugada maestra

Me produjo cierta extrañeza cuando se conoció, hace ya algunas semanas, la posibilidad de que Honda fichara a Pol Espargaró. No entendía bien las razones para bajar a Álex Márquez de esa MotoGP sin ni siquiera darle la oportunidad de competir con ella en este extraño 2020. Recabando información y datos, la maniobra orquestada por Alberto Puig parecía tener más sentido, hasta que ahora las piezas ya encajan con precisión cuando unos y otros hablan sin tapujos del asunto, al oficializarse el nombre del nuevo compañero de Marc Márquez para las próximas dos campañas. Álex fue sólo un parche que HRC buscó ante la imposibilidad de encontrar otra alternativa a la inesperada retirada de Jorge Lorenzo, una solución de emergencia sin compromisos y con alternativas consensuada en previsión de complicaciones en la operación.

Una simple cuestión de plazos que, sin embargo, se ha visto alterada por las imprevisibles consecuencias de una pandemia. Nadie contaba con llegar al mes de julio sin haber disputado ni un gran premio y, por tanto, desconociendo casi por completo el rendimiento del menor de los Márquez en su debut en MotoGP. Lo ideal hubiera sido, a estas alturas de año, tener claro su potencial y con esos datos decidir sobre su renovación. No siendo así, Honda ha preferido asegurar la jugada porque además tiene medios para hacerlo. Ficha a un valor de mayores garantías con Pol, envía a Álex a un equipo satélite con menos presión pero perfecto para su formación y satisface a Marc al reubicar a su hermano en un destino con garantías e ideal para un posible retorno de futuro. Jugada perfecta de Puig, que por si fuera poco se vuelve a asegurar una formación de campanillas a partir de 2021 tras el fiasco de Lorenzo.