Un derbi demasiado alejado de las alturas

El Norte de Londres, la parte históricamente más fuerte en el fútbol de la capital de Inglaterra, vive una cierta depresión. Hoy se disputa su gran derbi, pero tanto el Arsenal como el Tottenham experimentan una mezcla de sentimientos muy alejados de la euforia: se combina el tímido deseo de apurar sus opciones de clasificación para la Europa League con una resignación que les empuja a desear que termine la temporada y que empiece desde cero la siguiente. Todo es tan triste que incluso se ha difuminado el viejo estímulo de acabar la liga por encima del rival. Durante 22 años, los gunners celebraron su preponderancia ininterrumpida en la zona, hasta que Pochettino invirtió la tendencia en 2017: desde entonces, son los spurs los que han festejado una mejor clasificación final tres campañas consecutivas. Por supuesto, llevarse el derbi sigue preocupando a ambas hinchadas, pero será sólo un leve consuelo en medio de la decepción de haber estado muy por debajo de las expectativas. Los dos clubes han cambiado de técnico durante el presente ejercicio y vieron esfumarse su objetivo de estar entre los cuatro primeros muchas jornadas antes del final.

Al menos, en el entorno del Arsenal existe el convencimiento de que la apuesta por Mikel Arteta ha sido un acierto. Quizá sus resultados, con una inesperada eliminación europea a manos del Olympiacos como punto más bajo, no hayan deslumbrado (7 victorias, 6 empates y 3 derrotas en Premier League), pero las sensaciones han mejorado y el técnico vasco ha logrado que su proyecto a medio plazo resulte creíble. Se ha ganado el respeto de la crítica, ha logrado convencer a un grupo de jugadores algo disperso y ha convertido en indiscutible a Bukayo Saka, la perla de 18 años cuyo ascenso al primer equipo fue probablemente el mejor legado que dejó Unai Emery en la etapa anterior. Que el joven zurdo haya renovado su contrato pese a la multitud de ofertas que tenía encima de la mesa reafirma que Arteta ha sabido vender su plan dentro del vestuario. De todos modos, y pese a estos evidentes brotes verdes, la distancia futbolística que separa al Arsenal de los equipos dominantes del momento es abismal, y remontarla va a requerir un largo periodo de tiempo que al menos sí parece que el club está dispuesto a dar al preparador donostiarra.

La hinchada del Tottenham, en cambio, no anda tan segura de que el relevo en el banquillo haya tenido un efecto positivo. El mal arranque de temporada se atribuyó a una larga e indigesta resaca por la final de Champions perdida en Madrid, y se juzgó que Pochettino se había quedado sin la energía suficiente para levantar a un equipo que creyó haber perdido la gran oportunidad de su vida. A José Mourinho no le han ayudado las continuas lesiones, especialmente sensibles en la zona ofensiva, pero su conjunto prácticamente ni compitió en los octavos de la Copa de Europa ante el Leipzig y acentuó su caída en la tabla de la Premier, donde los números del técnico portugués desde que asumió el cargo son de 10 victorias, 5 empates y 7 derrotas. El luso ha prometido un mejor desempeño tras el verano, y tendrá más crédito para afrontar el reto si logra dar continuidad a la tendencia de acabar la liga por encima del Arsenal.