La foto de un Barça agotado

Piqué volvió a salvar al Barça en Valladolid. Si el equipo azulgrana sigue todavía con un hilo de vida en LaLiga fue por la exhibición del central que, con una espectacular lectura de juego, salvó por tierra, mar y aire a un equipo que fue un fantasma en la segunda parte, muerto físicamente, en una fotografía perfecta de lo que ha sido el Barça esta temporada, incapaz de aguantar un buen rato un ritmo alto de juego.

La segunda parte que perpetró el Barça fue impresentable, indigna de un equipo con 1.000 millones de presupuesto que se sostuvo gracias a un gol de Vidal, ese jugador increíblemente denostado por cierta crítica, que es de los pocos que demuestran orgullo y pasión en el juego. El orgullo que también sacó Piqué cuando el efecto del cambio de sistema de Setién, que sí había funcionado en la primera parte, se diluyó como un azucarillo. El Barça estuvo a punto de dejarse sus últimas opciones del campeonato en Zorrilla, pero entonces apareció Ter Stegen, salvador.

El partido deja tres notas más. Setién se llevó sólo a 16 jugadores de campo cuando puede tener hasta 23 covocados. Al final, no tenía casi ni opciones de las que poder tirar (Monchu, Collado, más el sancionado Ansu). La segunda es que Griezmann hizo un partido fantasmagórico, con dos errores impropios de su nivel ahora que se va a cumplir un año de su fichaje. Y la tercera es que Messi es el único jugador de campo que sigue sin descansar un minuto. Y le falta un pelín de chispa. Pero al menos, el Barça sigue vivo. La promesa de Piqué, su gran líder a estas alturas, sigue en pie. No se rinde nadie.