El VARcoíris y la gran sentada arbitral

No creo en la predeterminación a la hora de que te piten en contra al igual que no creo en conspiraciones. Todo esto es más antiguo que las cuevas de Altamira a la hora de quejarte cuando no cumples con las expectativas. En lo que sí que creo es en la honestidad de los árbitros y que después de 38 jornadas cada uno termina donde se merece. Dejando mis creencias de lado, estaría bien como dijo don Luis Aragonés, que hubiese una gran sentada. Esta vez del colectivo arbitral para unificar criterios sobre la utilización del VAR, aparatito que se concibió para ayudar al árbitro en jugadas blancas y negras y que, vista la disparidad de criterio en jugadas idénticas, terminan convirtiéndolo en un VARcoíris.

Todo esto mucho más acentuado después del postconfinamiento. Y si no que se lo pregunten a los Aspas, Muniain, Asier Garitano u Olivera por ejemplo, que vieron en primera persona como no se peritaban la misma jugada de la misma manera. Todo esto está derivando en una gran desconfianza y pérdida de credibilidad de un aparatito que vino como un comodín, para jugadas como las de Henry, Maradona o el gol de Michel y que gracias a la disparidad de criterio están alimentando por el doble error, césped y sala VOR que se alimente a las conspiraciones y predeterminaciones, algo, repito, en lo que no creo, pero que necesita de una sentada del colectivo arbitral para unificar de una vez por toda su utilización.

El gran debate es definir qué es error claro y manifiesto. Aquí está el gran problema y la gran solución definir el concepto y acotarlo. Siempre habrá conflicto en jugadas de apreciación y más metiendo una herramienta que no piensa, que es el VAR, por lo que la subjetividad de los criterios es el mayor problema. La idea de base fue error claro y manifiesto, pero tras dos años han abierto la caja de Pandora y ahora entra el VAR en jugadas muy grises como les gusta decir a los árbitros. Ellos mismos se han metido en el problema.