Zidane, LaLiga, Sergio Ramos y el VAR

La mano serena de Zidane mantiene al Madrid con un pleno de victorias en este tramo post-confinamiento de LaLiga. Un tiempo difícil para los entrenadores, por la acumulación de partidos en poco tiempo y tras un periodo corto y raro para la reactivación. Así que el Madrid salió de San Mamés con siete puntos de ventaja sobre el Barça, más el goal average. Una distancia que empequeñecía el valor del resultado de Vila-real a la noche. El Madrid está físicamente bien, está seguro de sí mismo y Zidane rota sabiamente su larga plantilla en torno a su pasillo de seguridad, Sergio Ramos-Casemiro-Benzema, que siempre están.

A eso suma que está en racha con el VAR, lo que va creando una agitación creciente. Ayer ganó de penalti-VAR por pisotón de Dani García a Marcelo y luego el Athletic reclamó otro de Sergio Ramos a Raúl García en el área. De otro cariz, pero pisotón. Sergio Ramos retrocedía en jugada de colocación, sin balón cerca, y le pisó. En la nueva doctrina casuística es penalti, pero esta vez Munuera no avisó a González González, así que el VAR no intervino. Nunca imaginé ni deseé un fútbol en el que un defensa pudiera ser castigado con penalti por un movimiento así, pero en esas estamos. Y eso avala las quejas del Athletic al final del partido.

Insistiré: el VAR se ha convertido en dañina especie invasora y a él se agarra el Barça con la doctrina Piqué, basada en ignorar tres jugadas recientes en que le sonrió: el gol de Lenglet sobre Bartra, el piscinazo de Messi ante el Leganés y el pisotón del propio Messi a Yeray, que bien hubiera valido una expulsión y dos partidos. Pero cada cual ve la paja en el ojo ajeno. El penalti, dicho sea de paso, lo transformó Sergio Ramos con la serenidad que acostumbra. Lleva ya 20 seguidos sin fallo, una barbaridad. Domina la suerte como he visto a pocos, con golpeos que varían desde el sofisticado modelo Panenka al toque suave y ajustado, como ayer.