Sobre la dictadura de las estadísticas

La contaminación (asumo y reivindico la palabra contaminación) cultural proveniente de los Estados Unidos está afectando también al fútbol. Sobre todo en el tema de esta obsesión de los deportes de ahí (béisbol, baloncesto, fútbol americano, hockey sobre hielo...) por las estadísticas. Cada vez más, las sensaciones, las explicaciones y los análisis se hacen sobre una base numérica. No digo que algunas estadísticas simples y directas no puedan ser útiles, por ejemplo el Pichichi y el Zamora o el cálculo de las asistencias. Sin embargo, ver únicamente el fútbol y juzgar a los profesionales de este bonito juego a través del filtro de las cifras es un insulto a la inteligencia y al disfrute. Un ataque a la libertad de opinión. Una perversión del criterio propio. Una dictadura.

Sólo hay que estudiar la última hazaña de Benzema para convencerse de ello. El pasado jueves por la noche, el delantero francés cambió el destino de este complicadísimo partido con un solo pase, una descarga a Carvajal que dejó la última línea del Getafe completamente rota. En un toque, hizo desaparecer a cinco rivales. Y eso condujo al penalti provocado por el lateral y transformado por Ramos. Pero este gesto tan decisivo como sublime de Karim no existe ni existirá nunca en las estadísticas. Porque las estadísticas, frías como la muerte, no entienden de genialidad.