La Liga de Ramos

El Gran Capitán. Otra vez él. El ‘4’, que vale por cuatro. El tipo de los mil tatuajes y el coraje de cien dragones. El líder que jamás tiembla ante la presión ni ante un penalti cerca del final que puede valer una Liga. El Tarzán de Camas asume su rol con la seguridad de sentirse infalible. Y así le hacen sentirse su jefe, Zidane, y sus compañeros de obra, que le respetan y admiran a partes iguales. Ramos lleva 19 penaltis seguidos transformados sin fallo (21 si añadimos los de las tandas). Y ya acumula 11 goles esta temporada, para un total de 95 goles de blanco (¡los 100 están al caer!). Y agárrense al dato, lleva 9 en Liga... uno más que Griezmann. Recuerdo un meme del francés burlándose de Sergio tras ganarle el Atleti al Madrid la Supercopa de Europa en 2018. Me da que ahora Grizzi no podría ni siquiera servir en la mesa en la que se sienta Ramos... Y el Gran Capitán jugó ante los azulones su partido oficial número 646 con el Real Madrid. Ha dejado atrás a una leyenda como Santillana (¡inolvidables tus vuelos sin motor, Charly!) y entra en el Top Four de la historia del club, sólo por detrás de Raúl (741), Casillas (725) y Sanchis hijo (710). Si sigue al menos hasta 2022, lo doy por hecho, y le respetan las lesiones, subirá a lo más alto de ese podio privilegiado. Sergio se lo merecería. Por compromiso y por madridismo racial y fiero.

La Liga, más cerca. El título 34 ya asoma en el horizonte y en ello tiene mucho que ver el Di Stéfano, la nueva casa del Madrid. Cuatro partidos, cuatro victorias, nueve goles a favor, sólo uno en contra. Y mira que costó guionizar un final feliz. Cuando Zamora Courtois hizo un paradón a Mata y el partido parecía trabado en las gafas iniciales (0-0), al otro lado del puente aéreo se frotaban las manos ante un posible pinchazo con el Getafe y otro el domingo en San Mamés. Pero este Madrid de Zizou es atrás sólido como una roca. Y por ahí se ganan los títulos, por saber protegerte antes de dar una dentellada al enemigo. El súper líder lleva 14 goles menos encajados que el Barça (21 a 35). Por ahí se explica lo que está pasando. Y ojo que esta Liga del Coronavirus, como la bautizó Ramos, la lidera el Madrid con 18 puntos de 18 posibles. Ni un fallo al regreso del duro confinamiento. A este equipo hay que rendirle pleitesía. No juega bonito, juega para ganar. Todos reman en la misma dirección y el premio gordo, en forma de alirón, se acerca...

Bordalás, un maestro. El alicantino es un entrenador digno de estudio. Pepe Bordalás ha hecho carrera en clubes tan humildes como enriquecedores para su formación en los banquillos. Alicante B (lo hizo campeón de Primera Regional y lo ascendió a la Regional Preferente), Alicante CF (lo ascendió a Segunda B), Benidorm CD, Eldense, Muchavista, Novelda, Hércules, Alcoyano, Elche, Alcorcón, Alavés (logró ascender al equipo vitoriano a Primera en 2016) y Getafe (lo cogió en Segunda y lo ascendió a la élite del fútbol español). Y hasta hoy, acabando su equipo quinto el curso pasado y metiéndose con todos los honores en la Europa League, donde están pendientes ahora de una eliminatoria a lo grande con el Inter. Bordalás no le debe nada a nadie. Él solo labró su camino. Y en el Di Stéfano dio una lección que Zidane, siempre humilde, sabrá valorar para mejorar en el futuro. Bordalás trabaja sus partidos como nadie. El Getafe lleva su sello y a pesar de la derrota hay que felicitarle por su puesta en escena.

Euforia. La afición se muerde las uñas y no quiere cantar victoria hasta pasar este domingo clave. El Madrid, en San Mamés (con sólo 62 horas de descanso). El Barça, en Vila-real (con 118 horas de reposo). Si los blancos salen airosos, el champán esperará fresquito...