El 'reseteo' del Celta y la incorrección de Rubi

Cuando aparecen los buenos

De no tratarse de un simple espejismo, el Celta que se esperaba ya está aquí. Mejor llegar tarde que no llegar nunca. Los brotes de conformismo que exhibió ante Villarreal y Valladolid se disiparon con una goleada edificada a través del talento. Cuando se juntan Denis, Rafinha, Aspas o Smolov solo deberían suceder cosas positivas. Los primeros 25 minutos ante el Alavés, hasta la roja de Aguirregabiria que lo facilitó después todo, englobaron las cualidades que se intuían en un equipo de la categoría del Celta. Hubo movilidad, sentido del espacio y calidad técnica en cada una de las jugadas. Smolov fijó y rompió, Rafinha y Denis se aproximaron el uno al otro y Aspas afiló cada acción. El Celta sometió al Alavés con una posesión —cuota del 69%— fluida y cuidada. Atacó bien y defendió bien, anotándose 20 recuperaciones en ese primer tercio del encuentro. La crecida futbolística señala el camino a seguir.

La valentía

En el Espanyol se quebró la mejoría. La visita del Levante volvió a denunciar su inconsistencia y limitaciones. Todo lo contrario en un Levante al que nadie le puede discutir su apuesta ofensiva. Paco López se sirve de jugadores de buen pie y no duda en alinearlos, aunque esta postura le haya provocado desajustes sonados en algunos partidos durante la temporada. En Cornellá se aprovechó de la debilidad perica. En los intervalos entre central, lateral y pivote operaron siempre con criterio Campaña y Bardhi, junto a un Mayoral que aceleró cada vez que convenía. Al reunir a tanto futbolista por dentro se abrieron los carriles para las incorporaciones de Miramón y Clerc, más afinado este. Desde esas coordenadas dibujó un triunfo que solo peligró por su flojera en el balón parado defensivo al encajar el 14º gol de esta forma. Ni por esas se le escapará una permanencia que ve más lejana el Espanyol.

Bardhi dispara en Cornellá / Gorka Leiza

La similitud

No hay margen para los malentendidos cuando se mira a Getafe y Eibar. Se conoce al dedillo su plan. El relato solo admite la profundidad y la presión y previene los riesgos en campo propio. Así juegan siempre y así se enfrentaron en un duelo que se saltó los trámites en la construcción. Los rasgos comunes de ambos dejaron una estadística muy significativa. Fue el partido de LaLiga que menos precisión en el pase se vio, con apenas un 50,7% de las entregas buenas. La cifra de balones perdidos también ascendió hasta las 406, el segundo dato más alto de la competición, aunque casi todos lejos de sus áreas.

Superado

Se acabó la era de Rubi en el Betis. Tras su exitoso paso por Huesca y Espanyol se lleva un rasguño sospechado durante todo el año. Sin un medio centro que canalizara el juego, con un delantero como Borja Iglesias desasistido e irreconocible, ataca siempre mal para defender todavía peor. La idea dominante que proponía Rubi se ha acotado a las batutas más ruidosas que eficaces de Canales y Fekir. Atrás se derrumba a la espalda de los laterales y el pivote, sin poder robar arriba —34 metros de distancia media a su portería— y con un repliegue deficitario. Solo el Mallorca encaja más goles. Por las razones que fueran, Rubi no ha dado con la tecla para corregir el paso de equipo con ambiciones superiores. Ha sido la crónica de una destitución anunciada.