Sin el 'Mono' Burgos, se pierde paisaje

Una de las sociedades más conocidas en el fútbol español, la establecida por Diego Simeone y Germán el Mono Burgos, se disolverá en pocas semanas. Burgos ha decidido emprender su carrera como primer entrenador. Una sensación de vacío se instalará en los próximos meses, no sólo para los aficionados del Atlético. Los dos juntos han hecho mucho paisaje en el fútbol español. El combo Simeone-Burgos siempre se identificará con la gloriosa década del Atlético de Madrid y con las personalidades de dos futbolistas que trasladaron todos sus recursos al éxito del equipo y a una de las conexiones con la hinchada más eficaces que se ha visto en el fútbol.

La figura del ayudante famoso es relativamente reciente, al menos por lo que se refiere a su exposición mediática. En Inglaterra alcanzaban una magnitud mayor debido a la ambivalencia del cargo de manager. Bill Shankly, por ejemplo, representaba en el Liverpool la figura todopoderosa del manager, ocupado en la dirección deportiva pero también en la administrativa del equipo. Su segundo, Bob Paisley, se encargaba estrictamente de llevar a cabo los entrenamientos y aconsejar al técnico. Le llegó la fama cuando sucedió a Shankly.

En muchos aspectos, el segundo entrenador es un misterio. Caben teorías para todo. En algunos casos se les considera la verdadera materia gris de los entrenadores. Cuanto mayor es el éxito de un entrenador, más se elogia la presunta función decisiva de su primer ayudante. Es un mantra que circula por el fútbol, sin demasiadas pruebas. En los medios de comunicación suele ser una manera de bajar el humor a los entrenadores más famosos. "Sin tu ayudante, serías poca cosa", es la tesis que se maneja en estos casos.

El problema de esta tesis es que son pocos los casos de segundos conocidísimos triunfan cuando vuelan libres. Rui Faria, secundario de renombre al lado de Mourinho, rompió con el técnico portugués y su pista se ha perdido. Faria era el típico lugarteniente que se había ganado la reputación de gran estratega al lado de un entrenador extremadamente popular. Su caso invita a otra reflexión: si Faria se ha perdido en el éter del fútbol o, eso parece, a Mourinho las cosas le van mucho peor con la ausencia de su consejero.

No siempre ocurre así. Nunca sabremos, por desgracia, el recorrido de Tito Vilanova como primer entrenador. Durante cinco temporadas formó un tándem perfecto con Pep Guardiola. El distanciamiento final terminó trágicamente con la muerte de Vilanova. Guardiola se embarcó en dos gran aventuras, primero en el Bayern, sin un segundo especialmente conocido, y posteriormente en el Manchester City, donde la figura de Mikel Arteta comenzó a emerger desde la segunda temporada. Guardiola ha ganado un gran número de títulos después de abandonar el Barça. A Mikel Arteta le toca acreditarse en su nuevo y solitario vuelo en el Arsenal.

En el caso de Simeone-Burgos, se ha tratado de una de las parejas más coloristas y significativas de los últimos 30 años, dos argentinos hasta el tuétano, consumidos por su adhesión al Atlético, donde los dos jugaron. No hay duda de que el baranda ha sido Simeone. Rara vez se ha etiquetado a El Mono Burgos de genio táctico, pero quién lo sabe. Con los segundos ocurre lo mismo que con los melones: hasta que no se abren no hay manera de certificar su calidad. Tampoco sabemos, sin embargo, cómo digerirá Simeone su futuro sin el hombre que le ha acompañado durante ocho años. Y qué años.