Sobre Champions y Europa League

Una vez en marcha o a punto de ello las principales ligas de nuestro entorno (salvo la de Francia, que se ha quedado en fuera de juego) aún falta desollar el rabo de las competiciones europeas. Ceferin se ha puesto como límite el día 17 de junio para decidir cómo terminar estas dos competiciones. En la Champions tenemos ya cuatro equipos clasificados para cuartos, entre ellos el Atlético, pero hay otras cuatro eliminatorias de octavos a medias, que incluyen la visita del Madrid al City y la del Nápoles al Barça. En la Europa League está pendiente la vuelta de seis eliminatorias de octavos y la ida y la vuelta en dos casos: Inter-Getafe y Roma-Sevilla.


Si las ligas funcionan, ¿cuál es el problema con las competiciones internacionales? Pues las fronteras, obviamente. Una cosa es que el Eibar viaje a Madrid o el Barça a Mallorca, y otra es una competición entre naciones en las que el azote de la pandemia ha sido variable y el ritmo de desconfinamiento también. Lo mismo dentro de España, pero el Gobierno decidió dar facilidades al fútbol. Pero viajar Europa aún no es tan fácil. España, sin ir más lejos, exige cuarentena a cualquier extranjero que llegue (salvo, por lo visto, al principito belga). ¿Cómo estarán las cosas a finales de julio y en agosto? Seguramente mejor, pero si hay rebrotes...


El problema es más manejable en la Champions, donde sólo quedan equipos de Inglaterra, Italia, Alemania, Francia y España. Aun así, hay el problema del escenario de la final, porque Estambul se echa para atrás. En la Europa League quedan en liza equipos de once países. Ya son muchas fronteras a traspasar. La Champions se podría resolver, en el peor de los casos, jugando en un mismo lugar, quizá Viena o Lisboa, cuartos y semifinal a partido único. Pero lo de la Europa League, con tal revoltijo de equipos y fronteras, va ser muy complicado. Esas cuentas echa estos días Ceferin y no quedan muchos días para resolverlo.